Odontología
El uso de OZONO en la práctica odontológica es por ser un fuerte desinfectante y por su poder para controlar hemorragias, su capacidad para limpiar heridas de huesos y tejidos blandos ayuda a una rápida cicatrización por su efecto regenerador y mejora el aporte de oxígeno en la zona de la herida para acelerar el proceso metabólico relacionado con la curación.
Clínicamente se puede aplicar el ozono en:
+ Blanqueamiento dental por el gran poder oxidante.
+ Desinfección de superficies y materiales aprovechando el poder virucida y bactericida: limpieza de superficies.
+ Irrigación en periodoncia, cirugía oral e implantología.
+ Astringente en cirugía oral.
+ Colutorio oral para tratamiento de halitosis y preparatorio de intervenciones a colgajo, curetajes, cirugía oral e implantología.
+ Desinfección de papilas y bolsas periodontales, en higiene dental.
+ Mantenimiento periodontal por aplicación directa de gas o a través de dilución líquida mediante cubetas de irrigación periodontal CIQ.
+ Desodorización del ambiente de las estancias de la clínica evitando el típico “olor a clínica” que tanto molesta a los visitantes.
+ La mejor alternativa a antibióticos y corticoides.
El ozono tiene un potente y rápido efecto antiséptico, regenerador de tejidos y estimulante microcirculatorio sin efectos secundarios.
+ Mejora enfermedades de las encías
+ Antiinflamatorio local
+ Antibiótico
+ Periodontalgias
Áreas de aplicación odontológica
Encías, bolsas, cirugía para-dental, heridas profundas, dentitio, difficilis, periodontitis, quistes, desinfección de cavidades, infecciones por bacterias, desinfección de canales (raíz dental), tratamiento de infecciones por hongos, tratamiento de aftas y herpes, tratamiento de estomatitis, tratamiento de caries, desinfección pre y post operatoria, etc.
